Qué sería de mi sin tu mirada.
Dos esmeraldas para perderse,
recuerdos de tiempos pasados,
disfrute de este presente.
Sin esos luceros soy alma sin rumbo,
perdería mi guía, mi referencia en vida.
Sin ti me dejaría llevar como hoja al viento,
perenne, sin destino ni final feliz.
Grata sonrisa que acompaña tu tez,
firme, dulce, tierna y sesgada.
Bello el rostro, la faz y el halo de luz que despiertas,
cuando noto tu presencia.
Deja de mirarme así mi bella dama,
o no podré volver a la realidad nunca:
Viviré propia mi ensoñación, sin discernir la realidad
de la verdad oculta que encierra tu mirada.